Poesías que me han dedicado amigos poetas

           TÍTULOS                               AUTORES

¡Vela, vela!                                  Delfín de Miguel

¡Cuánto se ignora, cuánto!           Pilar París

Dama y señora                            Joaquina Díaz Candelas

Hondo sentimiento                      Leonardo Raposo

Amiga mía...                               Pilar París

Arañas de Ninfa Egeria                Isabel Iglesias

Helena con H, Elena sin H           Concha Novo

Expresión                                   José-Manuel Sánchez

Negado manantial                       Carmen Polonio

A Elena                                      Iñaki Egaña Ivanova

0

¡VELA, VELA!

Autor: Delfín de Miguel

Elena: Vela, vela corazón

que yo te siento el tic-tac 

ese alegre triqui -trac

que me llena de emoción 

  Siempre dulce campanilla 

alzas canción juvenil

hacia ese cielo añil    

contando otra mararvilla.

                Marzo 04

1

¡CUÁNTO SE IGNORA, CUÁNTO!

Autora: PILAR PARÍS

https://members.tripod.com/pilarparis

    Cuánto sabe la boca

que jamás se pronuncia;

cuánto sabe el corazón

que la mente no comprende;

cuánto se sabe siempre

sin llegar a saberlo

cuánto se dice a veces

sin deber de decirse.

 

    ¡Cuánto se ignora, cuánto!...

¡Cuánto podría aprenderse...!

Cuánto tiempo se pierde

mientras la vida muere;

cuánto dolor inútil

mientras triunfa la seda;

cuánta sonrisa hueca

resonando en salones

cuántas almas vagando

sin un cuerpo al que asirse

cuánta carne sin alma

rezumando elegancia

cuánto desperdiciado

por no saber usarlo.

    ¡Cuán iluso es el Hombre

en su torpe arrogancia!

Lo sencillo, se ignora.

    Lo tierno, se suprime;

dando un paso hacia atrás

cuando cree ir adelante...

 

    El Hombre es un enigma...

¡Cuánto hermoso se pierde

mientras corre alocado

buscando necedades!

 

    ¡Cuántas manos cerradas

aprisionando nada;

cuántos gritos se pierden

porque nadie los oye!

Lo auténtico, lo noble,

se va desdibujando...

por temor a las burlas

se oculta bajo llave.  

    Por eso amiga mía...

Yo te digo:

Elena, tú, sé tú.

¡Yo sé que eres auténtica

y es lo más importante!

¡No importa lo que escribas!

¡No importa lo que digas!

¡Tus cosas, son tus cosas...

Con tu sello, a tu aire!  

2

3

HONDO SENTIMIENTO

Autor: LEONARDO RAPOSO

    Manantial inagotable

de inspiración.

Poesía real y cotidiana

del vivir de cada día.

 

    Musa contable

y sin porfía

de la realidad ambiente

de su expresión humana.

 

    Su mirar la vida,

el sentir y el haber

de cada día,

el debe de la realidad

y el asiento contable sin perder. 

    Su ingenuo otear como vigía,

como mujer, mujer;

culta y sensible a la vez,

tímida y audaz a un tiempo

en un íntimo choque de porfía.

 

    ¡Quién hubiera nacido después,

Elena, Elena!

¡Quién fuera joven otra vez

y sentir contigo también,

sin par Elena!

               FIN

 

(A Elena cuya poesía admiro)

 

4

AMIGA MÍA...

Autora: Pilar París

https://members.tripod.com/pilarparis

Dedicado a mi buena amiga Elena, con todo mi cariño

Cuando te veo amiga, con la sonrisa puesta,

aún teniendo el corazón lleno de heridas

por la ajena estupidez, de almas sin fuerza,

me uno a tu dolor y pienso...

¿por qué desperdiciada tanta vida?...

 

¿Qué hemos hecho nosotras, inocentes,

que hemos de pagar siempre las culpas

de la impotencia, el desatino o rabia,

de aquellos que no saben vivir y ante un problema

cual avestruz, temerosos se ocultan?

 

Yo ya me lo aprendí, del tiempo y tiempo

que voy subiendo cuestas, con la cesta,

para que por el mimbre escape el llanto

mientras que sonriente voy cantando

porque nadie lo advierta... “¡Agüita, agüita fresca!”

 

Hoy, al saber tu pena, me conmuevo,

y cual violín de rotas cuerdas,

quisiera alegrarte el corazón

y aunque intento que brote una canción,

tan rota estoy ya, que nada suena.

 

Sólo nos queda la risa, amiga mía

y el humor que es el llanto del poeta,

así que salgamos a la calle, cargaditas,

cuesta arriba con la cesta

para que por el mimbre escape el llanto

sin que nadie lo advierta

al tiempo que cantamos... “¡Agüita, agüita fresca!”

 

Pero habrá algún lugar, donde algún día

de tanto preguntar, nos den respuesta

y una paz que tenemos merecida

nos venga a redimir,

por luchar sin descanso en esta guerra.

Pero la vida, la vida que nos dieron,

se habrá perdido sin encontrar la dicha

por esa fuerza (para afrontar lo incierto)

que sin querer, tenemos

que nos hace girar como veleta al viento.

 

Que nos impele a estar contra marea,

atentas, vigilantes en el puesto

sin descanso, sin dormir, ojo avizor,

sin tregua, manejadas y a sabiendas

por el odioso y confuso desconcierto.

 

Echándole valor siempre a la vida

y al potente vendaval del desencanto,

que erosiona nuestras almas día a día

haciéndonos girar a su merced

cambiando nuestra risa por el llanto.

 

Yo te tiendo mi mano, amiga mía,

que nadie mejor para entenderte,

por eso que tú sufres en tu carne

mi corazón sensible se estremece.

 

Me hermano a tu dolor

¡Cuenta conmigo siempre,

que soy callada y fiel hasta la muerte!

 

Y mañana o pasado, cuando vuelva a encontrarte

muéstrame tu sonrisa, ésa que te hace fuerte;

ya hablaremos de lienzos, de versos y de arte

riéndonos un poco de nuestros propios fallos

que no hay mejor terapia para sanar la mente.

 

¡Quién pudiera ayudarte, amiga mía!

¡Es todo tan difícil...

que tengas mejor suerte!

 

                        FIN

5

Arañas de Ninfa Egeria

Autora: ISABEL IGLESIAS

Puedes quitarte la naftalina de tus claustros.

Te contempla una piedra que sabe de la arista.

Te reconoce en los muros que alzan a los cielos,

levantados sobre abismos de roquedales.

No me abruma su recia clausura.

Sé de conventos inmensos

Donde mora el espíritu de las almas sedientas.

Y se de los pasadizos ciegos.

Y sé que los sepulcros se construyen sobre valles,

en cruces, hacia arriba.

Y sé de las raíces,

y de las fuertes ramas que hacen los otoños,

y del viento que lamina para arrastrar hojarascas.

 

¿No te han dicho los libros que consultas

el encanto que encierras?

Que expandes enigma, aroma antiguo

Y sonrisa a las hornacinas:

de música, de verdes notas.

y que tus zainos ojos espesean

en brillantes chispas,

que hacen ceder los helajes de los días nevados

 

Y si no se me apaga la sed,

-que dejas en la boca-,

es por deseos de hacerte saber

que soy roca porosa

     y sé del verdín y del musgo

     y de la hidra y la hiedra

     y de las telarañas

             que corroen los muros

              y tapan las ventanas

              y enrancian los templos y las fortalezas

que a veces se precisa de otra mano

para abrir los pesados portones

y las numerosas ventanas

de los espacios cerrados

 

para que escapen las arañas del tiempo

 

                        FIN

6

Helena con H, Elena sin H

Autora: CONCHA NOVO

   Helena, Helena de Troya

te dicen en la reunión,

a mí, no me parece este nombre bien.

Helena la Troyana

una guerra provocó;

Helena la Troyana

se casó con su raptor.

Menelao peleó por ella

y al fin la recuperó

y se perdieron los dos

por aquellos azules mares...

a los ocho años

la Patria encontraron

y a descansar se tumbaron.

 

    Su nombre lleva H

y el tuyo, Elena, no.

Elena, Elena sin H,

sólo en belleza compite con la Troyana;

pero provocar una guerra...

¡no, no, por favor!

 

    “Buena gente” y pacifista es;

también es buena poeta,

buena he dicho...

no lo dije bien:

es un genio,

sí un genio para quien la sepa entender;

a veces sorprende por su sinceridad;

su dicción es tan natural,

que fascina oirla recitar.

 

    Elena, Elena sin H...

siempre estás igual:

con la sonrisa en los labios

y tus ojos negros que también saben reír.

 

    Elena, Elena, no cambies nunca,

sigue siempre igual;

de los “golpes” de la vida,

te defenderás con tu mundo interior

que de vez en cuando muestras.

 

    Elena, Elena sin H...

pasarás a la Historia

por poeta y buena gente

y no como la Troyana...

que la armó. ¡Y cómo la armó!

 

    Ser poeta, Elena, Elena sin H...

¡es una maravilla del alma!

7

Expresión

Auror: JOSÉ-MANUEL SÁNCHEZ

    Tu inquietud

es como viento matinal

de primavera,

todo fuerza en su expresión

de natural y vivo aspecto.

 

    La fusión de las angustias,

del olvido y de la pena;

con la ilusión y esperanza

hacen observarte en pleno

 

    Ambigüedad rezumante

de quebraduras y siembras

que en lo expuesto no se apuntan

pero se insinúan, por ello...

 

    verbo en reflexión seguido

que esparce polen de ideas,

de sentimientos...

por viento de abril, de lluvia y de cieno.

8

NEGADO MANANTIAL

Autora: CARMEN POLONIO

     Cómo puede el arco-iris

negar que tiene color

o que carece de luz;

y cómo puede un alud

de estrellas no relumbrar,

cómo puede no brillar

de la luna el resplandor;

cómo Jesús en su Cruz

nos pudo dejar de amar.

 

     Cómo puedes no encontrar

en ti Elena tu valor,

si agotado de sembrar

está ya tu corazón.

 

     No entiendo tu obcecación

si en éste nuestro Rincón

a todos nos dejas ver

las bellezas de tu ser;

cómo te puedes perder

en tu propia negación.

     ¿Puede el niño no extender

su inocencia y su candor?

¿Puede el sol no dar calor?

¿Puede el río no sonar?

¿Puede, quien tiene, no hallar

si le sobra para dar?...

 

     ¡Cómo no vas tú a encontrar

tal belleza en tu interior!

Sé que te atrapa el dolor

y que te agota el sufrir,

pero yo puedo sentir

tan lleno tu corazón

que no puedo hallar razón

a lo que te oí decir,

si vives para sentir

y es tu sentir todo amor

 

                FIN

 

9

A Elena

Autor: IÑAKI EGAÑA IVANOVA

     Eres esa cándida rosa,

esa bondadosa esfinge de luz etérea;

tú eres el cántico justo

de mil verdades perdidas;

en el espacio tú eres

el manantial de aguas transparentes

que forma el río veloz

que a la misteriosa mar, va a parar;

tú, en tu estrepitosa trascendencia

sublime e insuperable;

tú, criatura, reina de todas las musas del amor

porque toda tú, eres amor y das vida.

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