desencanto

El desencanto (de Elena) 

No se pueden poner puertas al campo

Exprimidor de "medias naranjas"

Llevas cientos de años...

Has querido de mí...

He sido junto a ti...

Razón y consecuencia

         Tú y tu calle

         Se ha roto el pedestal

         Aprendiz de "don Juan"

         ¡Es tan fácil!

         ¡Hurra!

 

Principal

El encantamiento

La plenitud

La protesta

El desencanto

La certeza

La aceptación

 evidencias

 

EVIDENCIAS

 

   No se pueden poner puertas al campo.

No se deben tapar las ventanas del hogar

con cien espejos,

que oculten lo que hay fuera de la casa

y que tan sólo reflejen lo que hay dentro.

No se puede enladrillar el cielo.

 

                 Ni tú podrás gozar de paz,

                  si te invade el recelo...

 

   No se puede surcar el mar con un velero

si no hay nada de viento.

   No se puede subir a Peñalara

y exclamar:

“¡Qué feo es lo que veo!”

No se puede hacer leer, si no es en Braile,

a los que están del todo ciegos.

             

                    Ni tú podrás poner, con amenazas,

                    a los deseos míos, coto o freno.

 

   No se puede llegar al Polo Norte en pleno invierno,

y al regreso

contar que hizo buen tiempo.

No se puede cortar las alas a la mariposa

y decirla después:

“¡Vuela, llégate al cielo!”

No se puede enterrar una semilla

y pretender que tras las lluvias,

no germine el grano de centeno

 

Ni tú podrás sujetarme

a mí en tu seno,

                          con que me adviertas,

                          que si hago tal acción,

                          se acabará lo nuestro

                          y que si no la hago...

                          seguirá tal cual viene siendo.

 

   Si tú tuvieras un poco de amor propio

y me quisieras,

aunque sólo fuera una pizca,

con un amor sincero...

¡No hablarías así, sobre lo nuestro!

  

   Más bien, querrías que yo en mi fuero interno,

sintiera que soy enteramente libre

de seguir tu sendero o el opuesto.

Y que sin calcular si gano o pierdo

te siguiera a ti

como a su amo sigue el perro

o como el ciego sigue a su perro.   

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 exprimidor

 

EXPRIMIDOR DE MEDIAS NARANJAS

 

Aunque algunas ruedas dentadas

del inmenso engranaje del cuerpo y el alma

las tienes desgastadas y no engranan,

a toda costa, tú quieres arreglarlas;

mas no puedes hacer nada.

   La rueda del Amor,

está, por no usarla, oxidada;

y quieres con la del mutuo respeto,

suplantarla;

mas nada de nada;

esa rueda tampoco engrana.

 

   Y una tarde aciaga,

te han sorprendido con las manos en la masa...

colgado del teléfono,

haciendo una llamada a otra dama...

 

   ¡Saltan resortes estallando como atómicas armas¡

y pillan tus dedos entre dos bandas

y a causa de la imprudente llamada,

te los aplastan.

 

   ¡Estás en el umbral de senectud

sin equilibrio, entrega ni templanza!

 

   Ruedas dentadas...

ha mucho tiempo que las tienes oxidadas...

¡Sólo la rueda de la infidelidad

la tienes brillante y lubricada!

Y la del egoísmo,

es la que desde siempre marcha!

 

   ¿De verdad tienes completa la esperanza,

de encontrar a tu estampa,

otra media naranja,

que se ajuste al engranaje de las ansias

que anidas en el soma y en el alma?

 

   Las ansias

que sin tú consensuar,

ni el tiempo, modo o lugar,

siempre marcas?

 

   ¡Ay, varón exprimidor de medias naranjas...!

   ¡Aún no ha comenzado...

                               tu hora amarga! 

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kleenex

 

LLEVAS CIENTOS DE AÑOS...

Necesito arreglarme algo...

no una falda, no una chaqueta...;

necesito arreglarme la cabeza.

Se me ha llenado de nostalgia y tristeza...

pero no de lejanos días de risas,

excursiones y fiestas...;

sino de ausencia en mi Futuro, de ti,

de tu presencia.

   

Has comenzado echando a tierra, con presteza,

mis esperanzas en una dicha cierta.

Y es que... ¡Llevas cientos de años

usando a las mujeres

como si fueran “kleenex”!

Y yo he pasado un milenio de lunas

siendo un felpudo...

de esos que dan la “bienvenida”,

¡aunque los pisan!

para que ahora...

puedan cambiar las tornas:

tú seas el felpudo

y yo la bota que te aplaste;

como hace cada hombre a su costilla...

desde que el Mundo gira,

y el Sol alumbra!

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 has

 

HAS QUERIDO DE MÍ

 

          Has querido de mí

que esperara por ti sin que me dieras

la mínima esperanza.

           Me has querido tener

sólo para llenar

has horas de tu holganza...

queriéndome dócil a tu palabra

y que sin maullar

ocupara el lugar que me asignabas:

el porche de tu casa,

sin que osara traspasar el dintel de tu morada

y que, ni aún en el quicio me apoyara

para que con mi fuerza lo derrumbara

y estando tú desprevenido,

te aplastara.

           Me has dejado en la estacada

cuando el camino tuyo,

se bifurcaba

y sin mirar mi mirada,

de renuncia colmada,

sacudiendo mi polvo y paja de tus abarcas,

te alejabas,

buscando la “nueva Melibea”

que colmara tus siempre insatisfechas ansias...

           “Viejo Calixto”:

¿acaso no leíste el viejo libro

que es la segunda joya de la Lengua Castellana?

En él se narra,

cómo sin “Celestina”...

nada es posible,

nada tiene importancia!

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 sido

 

HE SIDO JUNTO A TI...

 

  He sido junto a ti

como polilla en torno de una lámpara.

He sido, como dice Machín,

“el complemento de tus ansias”.

Tú has inundado de aire fresco

una de mis estancias;

pero desde el principio

te has puesto una coraza

tan férrea, tan gruesa y amplia

que impide puedas dar algún paso

y tomar posesión,

enteramente de mi casa.

 

   Has sido en mi

como el fermento de una masa.

Desde el principio

me has inundado de nostalgia

de mi edad más temprana;

aquella en que soñaba

tocar con alas:

los cirros, las nubes altas...

junto a otro ser,

que como yo,

luchara en el cenit,

al ocaso y al alba...

por alcanzar las cosas intangibles

que él, como yo,

admirara:

que exista en cada cual,

la libertad de obrar;

sin que hubiera nunca quebranto en las promesas

         ni en la palabra dada.

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 razon

 

R A Z Ó N   Y   C O N S E C U E N C I A

  Hoy he alcanzado la perfección de espíritu.

Soy como un san Juan de la Cruz,

o como un san Antonio Bendito.

No me rasgo las vestiduras;

no me flagelo;

no me conmuevo ni escandalizo,

lo mío es el estoicismo.

Cualquier cosa que digas o hagas...

va a afectarme a mí

como el placebo de las farmacias;

es decir: nada;

nada de nada.

      Cuando te vayas

ya para siempre

voy a quedarme como en éxtasis...

de dicha traspasada.

Igual que si no te fueras

o te quedaras.

  Cualquier opción que elijas

o elección que hagas...

va a dejarme a mí,

tan fría como la escarcha!  

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 calle

 

TÚ Y TU CALLE

 

¿Qué vives en la calle del General Oráa, 66?

¡Y a mí qué más me da!

¡Como si quieres vivir en la del General Martínez Campos 36

¡O en la del General Castaños 16!

¡O en la del General Perón 86!

¡O en la del General Pardiñas 6!

¡O en la del general Ricardos 106!

 

Yo, para vivir contigo, prefiero

hacerlo en una que tenga nombre de lucero...:

¡Calle del Sol!

(Para que te alumbre y te guíe

el camino de regreso a mí).

Y...si no puedo vivir contigo,

prefiero la de un planeta: Urano.

O...mejor: cuanto más lejos...¡mejor!

Para olvidarte a ti...

¡Yo me voy a Plutón!

 

Leo biografía del primer Duque de Ahumada:

Pedro-Agustín Girón...

aquél, que sin llegar a General

y sin pasar de Mariscal...

¡aquél sí que era un gran señor!

 

¿Qué tiene de particular el General Oráa?

¡Nada!

Para mí, ese señor no significa nada!

Ya ves..., ni el General Armada,

ni el General Milans del Bosch

lograron quitarme a mí

las ganas de cenar...!

Así, que el General Oráa,

que no es de mi generación...

a mí... ¡ni fu ni fa!

 

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 pedestal

 

SE HA ROTO EL PEDESTAL...

 

Se ha roto el pedestal...

se ha roto la peana

en la que estaba el jarrón de fina porcelana;

no el pedestal en el que yo creía me tenías,

pues ése no existía...

           Se ha roto el pedestal

en el que tú a ti mismo te subías día a día.

Y te duele la herida,

de la rabia, de los celos,

la decepción y envidia.

           He estado a tu lado vacía de vergüenza;

llena de risa y vida...

He alegrado así,

algunas horas de tus días.

He estado de deseos vacía;

y por cumplir tus anhelos

llena de prisa;

y de que en mí fueran realizados, a tu medida.

No tenía otra meta.

No tenía más mira.

           Y he sonreído,

cuando día tras día

sin querer o queriendo... me vendías.

           Eres tú cual jarrón de porcelana

frágil que estalla

al sonido agudo de lejana campana:

cualquier cascabeleo de mi solaz,

o un gorjeo, te lanza al suelo.

           Estás vacío de altas miras,

de comprensión huero

y sólo lleno de respeto por tu propio ego...

¡Orgullo equivocado de sábado a sábado

que no sabe por dónde...

debe de ser tomado el rábano!  

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  aprendiz

 

APRENDIZ DE DON JUAN

 

Porque has querido estar en la procesión

y repicando las campanas al unísono,

ahora, recibes el merecido título:

aprendiz de “don Juan”,

maestro ciego, de ciegos novicios

y yo me he apercibido

de que no eres bueno

ni siquiera contigo...

Y aunque tú te describes un ente reflexivo,

yo he visto en tu descuido

que no eres trigo limpio...

y el descubrirlo, me ha servido

para ponerte sin apenas sufrir,

en el cajón de mis olvidos.

 

Ahora en tu descuido,

he descubierto que los domingos y festivos

no estabas ocupado leyendo un grueso libro

ni en mil tareas abstraído;

sino tratando de adquirir

para cubrir tu frío,

otro abrigo...

Amigo: tus acciones...

¡son hijas de tu ego y tu egoísmo!

¡Hombre pobre, hombre rico!

No te condeno.

Te disculpo;

porque al nacer varón,

en los genes tienes implícito,

igual que todos...

                                ¡el machismo! 

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 mandragora

 

¡ES TAN FÁCIL...!

 

  ¡Es tan fácil

hacer acopio de mandrágora o beleño!

¡de láudano, belladona o bismuto!

o aún es más sencillo

si salgo a las afueras de Madrid;

en cualquier carretera

al borde del arcén

y en todos los caminos

abunda el “perejil silvestre"

(para el vulgo)

y cuyo nombre genuino

en los libros de botánica

es cicuta.

 

   ¡Es tan fácil

comprar unas pastillas

en la oficina de farmacia!

¡y tan sencillo,

mezclarlas con un cuartillo

de kirsh, de vodka o de tequila...!

 

   ¡Es tan fácil

y tan sencillo el ingerirlo!

y así acabar con todo lo que oprime

ahoga,

asfixia y esclaviza...

 

   ¡Es tan fácil

como lo es el bostezar,

cuando se tiene sueño

o se está aburrido...!

 

   O tan sencillo

como el comer,

si es que hay comida

y apetito!

 

   ¡Es tan fácil y tan sencillo...

y sin embargo, en vez de hacer algo positivo

para acabar con todo...

                       escribo..., escribo..., escribo...  

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  hurra

 

¡H U R R A!

 

    Por fin se ha deshecho el embrujo

que a ti me tenía subyugada!

¡Ya te he bajado de la peana!

Pues aunque tienes cara de ángel

y sonrisa de Virgen de Triana,

tienes los pies de barro

y el cuerpo de fango;

y yo contigo,

con pies de plomo me ando

y por puntos,

te voy ganando en cada asalto.

 

    Ya no podrás arrancar a mi debilidad, nada

con tu boca de fuego

y tu lengua enfangada ...

a tu vera,

yo he descubierto que soy como la seda;

la “crem de la crema”...

y soy como las piedras a tus ofensas;

me resbalan ya sin hacerme daño

y tu curiosidad por descubrir

lo que en mi hatillo guardo,

topa con mi corazón

que he transformado desde hoy para ti

en duro guijarro.

 

    ¡Hurra!, ¡Abra-cadabra!

¡Ya no me tienes a tu influjo subyugada!

¡Qué dulce es sentir lejos de ti...

hasta la Nada!

 

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